“Entre fundaciones, asociaciones y equipos reeducadores que controlan los centros de menores, tienen un buen chollo montado”

Me encuentro con María del Mar Bermúdez, madre de Sandra Palo, quien fuera víctima hace ya ocho años de uno de los delitos más horribles de la historia de España. Desde entonces María del Mar no ha cesado, desde la asociación que lleva por nombre el de su hija (http://sandrapalo.com) de luchar por la modificación de la cada vez por la sociedad madrileña más cuestionada Ley del Menor. 
Junto a ella, siempre en silencio pero apoyando, su marido Francisco. No son éstos buenos momentos para los Palo. En breve, casi coincidiendo con el octavo aniversario del crimen que rompió para siempre a esta familia getafense, otro de los asesinos de Sandra será puesto en libertad. Quizá por ello cobre mayor relevancia la marcha que han convocado para este próximo sábado en Madrid.

El 4 de junio saldrán a la calle para pedir la reforma de la ley del Menor, que fue una ley consensuada por todo el arco parlamentario. ¿Qué interés tiene la clase política en no cambiar una ley a todas luces injusta para las víctimas?
No sé cuál será el interés, pero entre fundaciones, asociaciones, equipos reeducadores que controlan los centros de menores, tienen un buen chollo montado. Por cada chico que va a uno de estos centros, cuya gestión está externalizada en un buen número de casos, los españoles pagamos 400 euros al día. En muchos casos no les importan ni la víctima ni el propio delincuente.
  • 5 días después de la manifestación está prevista la salida a la calle en régimen de semi-libertad de otro de los asesinos de Sandra. Ocho años por un crimen como éste... ¿cree usted que podría repetirse, como ha sucedido con el que ya está en libertad, que siga delinquiendo?
Creo que ha quedado más que demostrado a golpe de realidad que los planes reeducadores para este tipo de delitos no funcionan.
  • Se habla mucho de que en España las leyes se hacen para proteder al delincuente y que la victimología es la gran ausente. Ustedes, como víctimas de un delito violento, ¿han recibido algún apoyo de las instituciones en forma de ayuda psicológica, por ejemplo?
Ninguna. Los asesinos de mi hija tienen educadores, psicólogos etc., pagados por todos los españoles. Yo si he necesitado apoyo psicológico para mí o para mi familia lo he tenido que pagar de mi bolsillo.
La he oído comentar alguna vez que la Ley del Menor ha fracasado, puesto que no se ha reducido el número de delitos violentos cometidos por menores...
Es cierto que se ha reducido el número en delitos menos graves como pequeños robos. Pero falla estrepitosamente en los más graves como asesinatos, violaciones...

  • ¿Cuáles son las reformas que quieren ustedes introducir en nuestra legilsación en relación con los delitos cometidos por menores de edad?
Pedimos la rebaja de la edad penal para delitos de extrema gravedad a los 12 años. Además solicitamos que en caso de delitos de extrema gravedad pasen a prisión al cumplir la mayoría de edad para seguir cumpliendo su pena, así como la reintroducción del principio de proporcionalidad que fue derogado expresamente por esta Ley del Menor. También queremos coordinación entre los centros de menores de toda España, ya que cada Comunidad Autónoma tiene sus propios criterios educativos.
  • Hay algo que, en mi opinión, muchos españoles desconocen: los menores de 13 años inimputables, cometan el delito que cometan. ¿Está esto trayendo consecuencias en cuanto a la utilización de niños por parte de grupos de delincuentes?¿Qué proponen ustedes para el caso de un niño de 13 años que haya cometido un delito de sangre?
Llevamos ocho años diciendo que los menores de entre 12 y 14 años de edad que cometan violaciones o delitos de sangre deben ir a centros de menores especializados. No deben mezclarse con chicos de entre 14 y 16 años. A esas edades un año es un mundo. Para que se puedan reinsertar es fundamental que existan programas específicos para ellos. 
  • Está usted impartiendo charlas en institutos para evitar que jóvenes se conviertan en víctimas, como le sucedió a Sandra. ¿Cómo reaccionan los jóvenes? 
La verdad es que la reacción de los jóvenes es un ejemplo. Las preguntas que me formulan me dejan sin palabras, porque su implicación en la causa que defiendo es máxima. Sobre todo entre los jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y 18 años de edad.

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